viernes, 6 de agosto de 2010

Colaboradores Nuestra Novela Virtual

Les comunico a los que aportaron ideas para el primer capítulo que pueden acceder a la Novela San Tropel Eterno en copia virtual, siempre y cuando me envien el correo electrónico donde pueda enviárselo, mil gracias y por favor siganme aportando para el segundo y demás.

Martha Fajardo Valbuena, ArmandoEscandalo y Kotomi, úrgeme sus emails, para proceder.

Parte del Segundo Capítulo

El relator de Luz respectivo (¿la conciencia?, ¿el inconciente?), nos sumergía en escenas del pasado como proyectadas en nuestras mentes, algunas agradables, otras tiernas, y otras tristes. Fue esa voz profunda la que nos aconsejó, *dirijan la mirada hacia arriba cada vez que los afecten los recuerdos*, y sí, cosa extraña, si miro hacia arriba recupero la plenitud de la que hablé antes, como si arriba estuviera el cielo y abajo el sufrimiento que me produjo el existir.

*Aquel aciago agosto de hace años, unos diez, Gabriel y Julieta legalizaron el divorcio ante un juez, en esa época en que divorciarse era un acto de épica intrepidez para toda mujer y de inesperada derrota para cualquier hombre. Nadie se explicaba cómo eran capaces de acabar con el enlace matrimonial de tantos años, cómo podían echar por la borda esa unión aparentemente invencible. La última palabra la tuvo Julieta y optó por el adiós definitivo en nombre de su dignidad y llevada por el orgullo y el deseo de vengarse*, yo llevaba un año cavilándolo. Con el corazón profundamente herido, no tuve duda cuando tomé esa drástica decisión que en adelante me enorgullecería pese a tener que enfrentarme a tantas adversidades. Los mil motivos que había acumulado para hacerlo, me envalentonaron y no vacilé ni siquiera cuando Gabriel, antes de firmar la ruptura definitiva, me propuso con su pasmosa ecuanimidad, darnos una tregua de dos años para convencernos de si esa era la solución o si debíamos continuar. Radical y altiva, le contesté, que no, que ni de vaina, que nunca en mi vida había estado tan segura de algo, que tenía que dar ese paso, que él no me había dejado otra alternativa con su mal comportamiento, *y Ante tanta firmeza, Gabriel no insistió. Analizó en silencio que no era prudente en ese momento pedirte que recapacitaras, era mejor dejar pasar un tiempo para que se aplacara el nudo de resentimientos y rabias acumulados en tu corazón. A juicio de Gabriel, tú no estabas reaccionando airada, como él hubiera esperado, y esto le preocupó pues eran signos claros de cansancio profundo, de hastío absoluto*, qué va, yo que me lo conozco, estoy segura de que él pensó, que yo flaquearías luego de unos meses sin verlo, que no iba a poder vivir sin él, que me iba a morir sin él y no iba a tardar en buscarlo para rogarle que volviera, ¿cierto Gabriel? Pues, no, no fue así, yo decidí regodearme un poco para no mostrarme débil y ansioso aunque, bien sabía, que al final, si tú me lo permitías, terminaría echado en tus brazos como niño desvalido y todo volvería a la normalidad, *cuan lejos estaban de imaginar que pasado el tiempo triunfarían la arrogancia y el olvido. A Julieta le parecía increíble ser capaz de hacer lo que estaba haciendo, el primer y único acto valeroso de su vida. Era una hazaña memorable si se analizaba la dependencia que tenía de él desde muy joven*, ni por eso eché para atrás mi decisión por mucho que me doliera, quería que me extrañara, demostrarle que no era tan malo ese destino conmigo del que tanto había renegado como si pensara que merecía algo mejor, y como era él el que me había fallado a él le correspondería buscarme y convencerme de que me amaba, que no podía vivir sin mí, que no soportaba desbaratar su hogar. Yo jamás lo haría, así me muriera, porque significaba continuar con él pero llena de humillación y desamor. Me ayudó a mantenerme firme la sensación de que no había suficiente amor de su parte, nadie que de verdad quiere traiciona así, y si me buscaba lo hacía por comodidad, sobre todo por el interés de no ponerse en evidencia ante el mundo. Para que veas Julieta, yo sí te quería, pero no sabía cuánto, ni cuánto me dolería nuestro rompimiento. De haber intuido cómo se me desbarataría la vida, jamás te hubiera dejado ir.

*La relación se volvió añicos desde aquella noche en que Gabriel reveló a Julieta su infidelidad y eso que no se atrevió a decirle su bella consecuencia: una hija que ya tenía cuatro años. La primera vez que trató de sincerarse con ella fue en Chile, ¿recuerdas, Gabriel? Estaba decidido a enfrentar los negativos efectos de su confesión y no se sabe, ni él mismo podría explicarlo, por qué en el último instante lo invadió la cobardía y se arrepintió de contarle la verdad completa, prefiriendo seguir cobijado con la mentira sin avergonzarse. Erróneamente creyó que desahogar a cuenta gotas el engaño, que tanto le oprimía, podría amortiguar el impacto y decidió callar lo más grave del asunto, la existencia de una hija, de cuatro años de edad. En ocasiones anteriores, estuvo dispuesto a hablar, consciente de que una verdad de estas no se puede ocultar indefinidamente pero se detenía al imaginar la reacción de Julieta, su inmensa decepción, el derrumbamiento del alto concepto que ella y todos tenían de él. Además, vaya egoísmo, calculaba que si esperaba unos pocos años, disminuirían, en ella, los atractivos y el autoestima, pues una vez traspasara los cincuenta no tendría fuerza ni encantos para empezar una nueva vida sin él y por inercia tendría que continuar a su lado.

jueves, 15 de julio de 2010

San Tropel Eterno


Quienes colaboren con NUESTRA NOVELA VIRTUAL, podrán obtener esta obra por Internet
¡MUY PRONTO!

miércoles, 30 de junio de 2010

Argumento

¿Crees en el cielo, en las recompensas y castigos? ¿Cómo te los imaginas?
PARA EL SEGUNDO CAPÍTULO:_________________________________________
¿Qué lleva a un hombre a serle infiel a su esposa? ¿Perdonarías una infidelidad? ¿Le contarías a tu pareja que le fuiste infiel? ¿En qué caso le contarías? ¿Te gustaría que tu pareja te contara de su infidelidad? Si conoces una historia de infidelidad en un matrimonio de muchos años, favor contárnosla

viernes, 11 de junio de 2010

Primer Capítulo


  Yo, Julieta, estoy flotando como si caminara por el aire y frente a mí  una luz se aleja y  se acerca, se aleja y se acerca y me encandila. No siento ningún dolor físico, ¿será que ya no tengo riñones, ni huesos, ni estómago para doler, ni corazón para penas y desengaños, ni carencias que puedan afectarme?, o  ¿será que la infelicidad se refleja en los órganos del cuerpo y sin órganos ya no la siento? Sumergida en esta placidez, me quedo quieta, relajada, como cuando me ponía de cara al cielo con los brazos extendidos en la superficie de una piscina o de un manso mar y dejaba que el agua me meciera suavemente, y me resultaba tan placentero que hasta dormir podía. Estoy en la nada y en el todo. Veo siluetas de luz blanquecina, como proyectadas, y a medida que se me acercan van tomando forma los tiernos rostros de mis padres, que estiran los brazos para abrazarme, y detrás los abuelos paternos y maternos,  un hermano, tíos, primos, vecinos, amigos y muchos conocidos, que me sonríen y me llaman por mi nombre, “Julieta, aquí estamos contigo”. Todos me transmiten plenitud, qué felicidad la que siento, ojalá nunca despierte. ¿Dónde estaré? ¿Será un sueño?, en todo caso es la sensación más maravillosa jamás experimentada en mi vida.
       Un poco más abajo, me encuentro con Gabriel, mi ex esposo, de quien me había separado varios años atrás, y hacia mi derecha, veo a Tomás, mi nuevo amor, me les acerco, los saludo, tratan de abrazarme y una fuerza extraña los impulsa hacia atrás, no podemos tocarnos, sólo percibirnos. Noto sus rostros plácidos pero, al igual que el mío, no irradian luz como los otros. Escucho la voz de mi padre, “tranquila Julieta, ellos seguirán a tu lado”. No, no los quiero cerca, no quiero que me inquieten, ni que perturben este sosiego, quiero continuar sumergida en este estado, irradiada por este bienestar inexplicable, quiero estar muerta si morirse es zambullirse en esta felicidad. 
      Al  lado de nosotros se ubican tres luces cuya brillantez  no nos permite definirles los rostros, sólo escuchar sus voces profundas y melódicas. Se sabía quién hablaba porque titilaba con cada modulacion. ``Cada una de las luces  ha sido guarda de uno de ustedes, dice la  más luminosa, por tanto, conoce su trayectoria y su sentir y podrá ayudarle a analizar hechos de su vida, aciertos y desaciertos, vislumbrarle lo que fue el camino, cooperarle en las cavilaciones que le surjan frente a los retazos de sus vivencias, ser una especie de conciencia para ayudarle a encontrar la verdad interior´´. ``Perdonarse a uno mismo, agrega la otra,  es lo más difícil de alcanzar cuando las culpas se apoderan de nuestro sentir. Nosotros  también fuimos seres, con los errores normales de un humano y aún estamos en el proceso de alcanzar la angelitud o absoluta redención. No pretendemos ser omnímodos, ni omnisapientes, sólo omnipresentes en las situaciones en que sea necesario´´.
       Intrigada, me atrevo a preguntar, ¿en dónde estamos?, es tan maravilloso este lugar…, así debe ser el cielo... ``Nadie es lo suficientemente bueno como para llegar directo al cielo, sólo los niños. Debemos alcanzar la etapa de perfección porque todo en el cielo es perfecto y entramos a él cuando seamos como Dios nos quiere: perfectos, física y espiritualmente. A los humanos se nos va la vida buscando la felicidad, en el trabajo, en el hogar, en las diversiones y los viajes, en el dinero y los lujos, y logramos, si acaso, un poco de alegría momentánea. Es que, amigos, la felicidad nos la tiene reservada Dios y hay que merecerla´´, responde la luz más cercana a mí, la más luminosa. ¿Y el infierno dónde queda?, oigo que pregunta Tomás. ``El infierno lo sufrimos según nuestras propias inculpaciones y no se trata de horribles torturas físicas, como creemos, sino de espantosas amarguras del alma´´, titila la luz cerca a él.
        No quiero pensar en nada, sólo sentirme siempre así, liberada, como me siento ahora.

jueves, 20 de mayo de 2010

¿Cómo te imaginas el cielo? ¿Crees en las recompensas y en los castigos? ¿Cómo crees que son?

Personajes:

La hipótesis comienza por reflejar que una persona no es como quisiera ser, que depende de su esencia, del lugar donde nació, de los entornos familiares y sociales donde se crió. Que muchas veces se actúa de una forma o de otra sin tener la culpa por estar motivado por el "otro yo", o sea el "otro ser" ubicado en el inconsciente. ¿Es justo, entonces, ser condenados por estos actos o por la manera de reaccionar?

Julieta: La protagonista es perfeccionista, pesimista, negativa, y muy miedosa de sufrir, de lo que le depare la vida. Es también inteligente, romántica, idealista, defensora de la justicia, generosa, fiel y muy vehemente para expresarse. Fue criada en un ambiente pequeño, rígido. Malcriada en exceso por sus padres. De estrato social alto, pero sin recursos económicos. Jamás ha tenido sufrimientos de verdad, sin embargo le cuesta sentirse alegre.

Gabriel: Nacido también en un ambiente pequeño, pero de muy diferentes costumbres al de Julieta. Pierde a su padre siendo muy niño y su mamá es rígida y dura. Estudioso, gran trabajador, ambicioso, optimista. Es de términos medios, le cuesta demostrar lo que siente, o llevar la contraria porque busca ser aceptado y admirado por todos los que le rodean. Es desapegado, egoísta, "buena vida", no le gustan los problemas. Demasiado liberal, superficial, pero sensible.

Tomás: Es el novio actual de Julieta después de separarse de Gabriel. Nace en la misma capital del país aunque sus ancestros maternos y paternos son de una región agreste como el temperamento de su gente.  Desde la primera vez que se encontraron, Julieta y Tomás se sintieron atraídos uno por el otro, y nunca más se separaron, como si el destino así lo tuviera escrito. Se identificaron por la franqueza con la que se hablaban, el desinterés por cosas materiales, el apego a lo intelectual, aunque no se entendían en otras de ahí la demora para decidir casarse pues Julieta lo tuvo que pensar muchísimo antes de dar el paso.